9 de enero de 2010

Podría haberte dicho que me importás, eso y un millón de cosas. Pude hacerlo y no lo hice, no sé por qué. Será que es más fácil escribirlo que demostrarlo. Podría haber llorado un mar de lágrimas saladas, arrojarme a los abismos, y partirme en dos el alma. Desatar la tempestad, el huracán de mi garganta y confesar desesperada que no puedo con mi rabia. Aunque mi actitud no sea tan evidente no puedo sufrir más. Porque el dolor cuando es por dentro es más fuerte.

0 comentarios: